El cambio climático es una realidad, pero aún podemos actuar

El último informe del IPCC señala que no hay vuelta atrás en algunos cambios del sistema climático pero la reducción inmediata y sostenida de las emisiones podría marcar realmente una diferencia en nuestro futuro.

El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático no deja lugar a dudas de que el ser humano es responsable del calentamiento global, y concluye que prácticamente todo el aumento de las temperaturas medias globales desde el siglo XIX ha sido impulsado por la actividad industrial.

El cambio climático es el mayor reto al que nos enfrentamos y cuyas consecuencias estamos sufriendo de forma global. El calentamiento global ha provocado el aumento de las temperaturas de forma constante debido al uso de combustibles fósiles, la deforestación y los gases de efecto invernadero.

Existe también un consenso científico en establecer vínculos claros entre el calentamiento global y determinados fenómenos meteorológicos graves. Estos fenómenos también ocurrían en el pasado, pero con menos frecuencia y virulencia. Según el informe, muchos de los nuevos y mortíferos extremos de temperatura que se han producido en el mundo habrían sido extremadamente improbables sin la influencia humana en el sistema climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero están empeorando notablemente algunas sequías, aguaceros e inundaciones.

En nuestro entorno más cercano, algunas de las consecuencias que ha traído este fenómeno medioambiental han sido el aumento del agua superficial del mar mediterráneo 0,34ºC, la reducción significativa de la cantidad y calidad de los recursos hídricos disponibles y la sequía progresiva del territorio de la Península Ibérica.

Petteri Taalas, secretario general de la organización Meteorológica Mundial, afirma que “La tendencia negativa en el clima continuará durante las próximas décadas independientemente de nuestro éxito en la mitigación. Por tanto, es importante invertir en adaptación”. Un claro ejemplo de esta situación es España, ya que, según la Organización de las Naciones Unidas, podría ser uno de los países europeos más secos en 2040, puesto que tiene el 75% del territorio en riesgo de desertificación.

Para combatir este fenómeno medioambiental y sus efectos, España estableció su primera Ley del Cambio Climático y Transición Energética el pasado mes de mayo. El objetivo es promover e incentivar el uso de las energías renovables, evitando la dependencia de los combustibles fósiles, para lograr la neutralidad climática en 2050. Esta ley está vinculada al 13 objetivo de los ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible): Acción por el clima, teniendo como primera meta de reducir al menos un 55% las emisiones de los gases de efecto invernadero en 2030.

Aún podemos actuar.

A pesar de las duras conclusiones de los últimos tratados científicos, hay margen de actuación y de mejora, pero depende de la colaboración entre sociedad, gobierno y empresas. En ese sentido, la sociedad demuestra cada vez una mayor concienciación medioambiental exigiendo productos y servicios de empresas que estén implicadas en paliar la emergencia climática.

Logifruit apostó desde el principio por un modelo de economía circular que hemos comprobado eficaz para asegurar un crecimiento sostenible, social, medioambiental y económicamente. Las corporaciones debemos centrarnos en buscar soluciones que permitan la reutilización y el máximo aprovechamiento de nuestros productos, evitando depender de crear nueva materia prima constantemente o utilizar nuestros recursos naturales de forma indiscriminada.

Es nuestra responsabilidad incentivar la innovación para impulsar, en nuestro caso, una red de suministro circular conectada y sostenible. La innovación puede ser tecnológica, aplicando la inteligencia artificial o el IoT para hacer más eficientes nuestros procesos y mejorarlos a través del análisis de datos, pero también podemos innovar en el diseño de nuestros envases creando envases plegables que ocupen menos espacio, y por tanto necesiten menos recursos para su transporte. 

Por último, la reingeniería de procesos es otro tipo de innovación que debemos aplicar en la industria, buscando siempre mejorar los flujos de trabajo, la manera de hacer las cosas, bajo esa perspectiva de crecimiento sostenible.

Nuestra actuación a nivel social o como empresas, unida a la actividad gubernamental internacional va a determinar el grado en el que el cambio climático nos afecte. En Logifruit apostamos, más que nunca, por no sólo minimizar nuestra huella medioambiental sino conseguir un impacto positivo que realmente marque la diferencia.