El ecodiseño es una herramienta de innovación centrada en el desarrollo de productos que tiene objetivos medioambientales como reducir el impacto del producto en el medio ambiente y reducir el consumo de recursos naturales. Se define como el proceso técnico, creativo y multidisciplinar para el desarrollo de envases:
- factibles, envases técnicamente industrializables y financieramente rentables,
- deseables, tanto para clientes como para consumidores,
- sostenibles, con un óptimo consumo de recursos y generación de emisiones.
Se convierte, por tanto, en un recurso clave para identificar nuestro factor diferencial y obtener una ventaja competitiva en el mercado. Todos los productos y servicios que consumimos tienen un impacto medioambiental, desde su fase de extracción de la materia para elaborar el producto hasta el final de su vida útil y su posterior reciclaje.
El ecodiseño, sin embrago, no es algo nuevo, lleva más de 20 años poniéndose en práctica, implantándose cada vez con más fuerza. En 2019 se convirtió en normativa europea. Los objetivos establecidos por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que todas las empresas tienen que cumplir: el 100% de los envases posconsumo que se elaboraren con plástico tendrán que ser 100% reciclables en 2030 y el 50% compuesto de material reciclado de todos los nevases en 2050.
Cabe destacar que el ecodiseño se centra en reducir al máximo del impacto medioambiental del producto durante todo su ciclo de vida. Si lo llevamos un paso más allá, e incluimos aspectos sociales, económicas o de comercio justo, estaríamos hablando de diseño sostenible.
Ambas metodologías de diseño tienen varios aspectos en común:
- Desarrollar nuevos conceptos y materiales.
- Penetrar en nuevos nichos de mercado.
- Optimizar la producción y las materias primas.
- Crear de soluciones innovadoras.
- Cumplir las nuevas políticas de los envases.
La innovación es la base del ecodiseño
El ecodiseño requiere rediseñar e innovar de forma constante. Esta metodología de diseño se puede aplicar a cualquier sector y debe tener en cuenta todos los aspectos de las fases del ciclo de vida del producto: desde la extracción de las materias primas, el transporte, la fabricación, la distribución y el uso hasta el fin de su utilidad para ser desechado.
Para ello, existen distintas estrategias. Algunas consisten en el uso de materias primas naturales o la investigación de nuevos materiales como los bioplásticos. Otras se centran en un diseño que facilita su reparación o reciclaje, así como en la disminución del material sin perder funcionalidad.
Tal y como apunta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la innovación en materia de ecodiseño en la cadena de suministro permite optimizar los procesos productivos. Por otra parte, impulsa la gestión de los residuos incrementando la circularidad de los envases y su reciclaje. Así, nos han permitido avanzar paso a paso en materia de la sostenibilidad. Por ejemplo, facilitando la transformación de nuestros envases rígidos a plegables. Este rediseño permite que en el espacio que transportábamos un envase ahora transportamos tres, optimizando el espacio en los camiones y, por tanto, generando importantes ahorros en emisiones de CO2.
Otro aspecto importante del ecodiseño es que los productos se diseñen desde un inicio teniendo en cuenta su reparación. En envases reutilizables, así como en otros productos, es importante tener en cuenta que cuanto más reparable sea, más alargamos su vida útil. Los procesos de reciclaje también conllevan una huella medioambiental por lo que, en nuestro caso, trabajamos para darle vidas infinitas a nuestros envases.