¿Qué retos afronta el sector de la logística en la era post-COVID-19?

Sin duda recordaremos el año 2020 como un año de disrupción tanto en el ámbito social como en el económico. La crisis sanitaria que estamos viviendo ha supuesto cambios sustanciales en nuestra manera de relacionarnos, de trabajar y de comprar.

Durante los meses más duros, cuando se decretó un confinamiento general y la población se lanzó a realizar compras masivas que amenazaban con una rotura de stocks en el mercado español, quedó claro que la capacidad de adaptación y la flexibilidad de las redes logísticas fue, y es, crítica para asegurar la continuidad del suministro y mantenerse fuertes en un entorno VUCA marcado por la incerteza a todos los niveles.

Vuelta a la proximidad y digitalización de la red de suministro

Este buen hacer de la red de suministro española hizo que tuviésemos una de las tasas más bajas de desabastecimiento en los supermercados del mundo. Sin embargo, esta situación conllevó un refuerzo de la idea de la vuelta a la proximidad. Las cadenas de suministro cortas que reducen nuestra dependencia del mercado exterior, dependencia que, en situaciones de crisis global, como la acontecida, puede suponer un grave problema. Esta relocalización supone, además, un ahorro de transporte con una correlación directa en las emisiones de CO2, ahorro fundamental para una red de suministro más sostenible.

No obstante, este acercamiento de los proveedores hace más necesaria la inversión en digitalización de la industria, a fin de hacerla más competitiva. La transformación digital va a ser, sin duda, una de las herramientas fundamentales para salir de la crisis económica en la que nos encontramos inmersos. Esta digitalización generará la necesidad de profesionalizar más personas que forman parte de los procesos operativos de la logística, suponiendo una transformación de muchos puestos de trabajo que aún carecen de la formación técnica necesaria.

Los cambios tecnológicos

Si estudiamos con detenimiento esta transformación digital de la logística podemos identificar cambios tecnológicos que se están aplicando a marchas forzadas. Estas aplicaciones tecnológicas (robotización, sensorización, soluciones de trazabilidad y muchas otras) tienen como finalidad otorgarnos agilidad, visibilidad y conocimiento. Gracias a estos datos e información podemos enfocar nuestros esfuerzos en crear oportunidades de mejora y herramientas que automaticen la toma de decisiones en procesos tales como la planificación, la gestión de rutas o la predicción según variables adecuadas a nuestro modelo. Las plataformas digitales, el IoT o el Blockchain permitirán evolucionar nuestras redes de suministro hacia modelos más eficientes, flexibles y ágiles.

Logística colaborativa: Planificación y gestión ágil del inventario

La situación marcada por la pandemia global ha acentuado la necesidad de la capacidad de adaptación de la industria. Retos como la sostenibilidad, las entregas 24h, el aumento del ecommerce de productos frescos… marcan las soluciones que las cadenas logísticas tendrán que poner en marcha. La colaboración estrecha entre todos los agentes de la red de suministro nos permite ser capaces de responder con rapidez a las fluctuaciones de la demanda ante situaciones imprevisibles como la vivida durante este 2020.

Parte del reto de la sostenibilidad es la implantación de procesos de logística inversa, procesos que responden a la necesidad de incorporar soluciones más sostenibles a la red de suministro tanto para la gestión de sus residuos como para el reaprovechamiento de envases y productos. Para lograr una logística inversa realmente eficiente, la colaboración entre todos los agentes es fundamental.

El e-commerce y la última milla

Las restricciones derivadas de la pandemia mundial han supuesto la aceleración de una serie de cambios en el comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, en cuanto a el crecimiento del e-commerce que en el año 2019 creció en un 20%; se ha incrementado en un 10 % en el año 2020, llegando al el 30%. De hecho, según el estudio Shopperview de AECOC, el 61% de los españoles ha adquirido productos de Gran Consumo por Internet.

Este incremento de venta online y la consecuente entrega de los paquetes supone un nuevo reto para el sector tras la recuperación de la actividad y la vuelta a la actividad normal en las ciudades. Tras el fin de los confinamientos domiciliarios, los clientes ya no están en casa para recoger los paquetes, lo que llevará a la multiplicación de las dobles y triples entregas. El sector se plantea cambios en las entregas y la opción que suena con más fuerza es la agrupación de entregas, que ya funciona en Francia y Reino Unido. Con este sistema, el operador logístico se convierte en una especie de gestor de la paquetería del cliente que, en lugar de dar su dirección como lugar de recogida, pone la del operador, quien recibe, almacena y, posteriormente entrega todos sus paquetes juntos, por ejemplo, semanalmente. Esto no quiere decir que se acabe con las entregas urgentes, pero sí puede afectar a la gratuidad de estas.

Todos estos cambios y los amagos de colapso en la logística de última milla ponen en evidencia la necesidad de adecuar tanto los procesos de transporte y reparto como los sistemas informáticos para hacer frente a la nueva realidad del consumidor.